sábado, 20 de febrero de 2016

San Andrés de Mantua




Nos encontramos ante una obra arquitectónica renacentista, para ser más exactos, estamos frente a la Basílica de San Andrés; llevada a cabo por León Battista Alberti aunque terminada por Fancelli en el año 1472. Se encuentra situada en la ciudad de Mantua (Italia).

La obra fue encargada por el II Marqués de Mantua, Ludovico Gonzaga, y el lugar escogido fue el emplazamiento de un antiguo monasterio perteneciente a la orden benedictina. El templo debía albergar la reliquia más importante de la ciudad, la sagrada sangre de cristo, y dar cabida a los miles de peregrinos que llegan para adorarla

El propósito del nuevo edificio fue contener a los peregrinos que lo visitaban durante la fiesta de la Ascensión cuando un vial, que los creyentes entienden que contenía la Sangre de Cristo, se eleva de la cripta inferior a través de un agujero en el suelo directamente bajo la cúpula. La reliquia, llamada Preziosissimo Sangue di Cristo («La más preciosa Sangre de Cristo»), está conservada en los Vasos Sagrados, según la tradición fue llevado a Mantua por el centurión romano Longino. Fue muy venerado durante el Renacimiento. Estas reliquias se muestran a los creyentes sólo en Viernes Santo y luego se sacan en procesión por las calles de Mantua.

Es el único edificio religioso que Alberti diseñó en su totalidad. Tanto la planta como la distribución de la fachada tendrán amplia difusión en el Renacimiento y en el Barroco. No en vano, dotó al templo de nave única, rompiendo con la fórmula basilical de tres naves que imperaba desde la época paleocristiana. Armonizó las proporciones de la colosal portada, simultaneando el “orden gigante” en las pilastras de las calles laterales con el “orden normal” en las pilastras del arco principal.

La iglesia presenta una planta de cruz latina con un espectacular desarrollo interior. Los laterales de la nave son horadados con seis capillas laterales que se presentan de forma alterna: mientras unas capillas adquieren un espectacular desarrollo en altura, están abiertas a la nave principal a través de un arco de medio punto y aparecen rematadas por una bóveda casetonada; las alternas son pequeñas capillas cuyo acceso se realiza a través de una sencilla puerta adintelada sobre la que aparece un enorme ovalo como motivo decorativo, estas capillas han sido horadadas en el mismo contrafuerte que contrarresta los empujes de la bóveda de cañón que cubre todo el espacio.



La nave da acceso a un crucero abovedado con un importante desarrollo en planta. Especial atención la enorme cúpula sobre pechinas que ocupa el espacio central pese a ser construida tras la muerte del humanista por el arquitecto Filippo Juvarra, de hecho parece ser que ni la cúpula ni tan siquiera el crucero se encontraban en los planos originales de Alberti y fueron modificaciones posteriores. La iglesia aparece rematada por un solo ábside semicircular de gran desarrollo.


Sin embargo la verdadera importancia de su planta radica en la disposición alternante de las capillas laterales ya que sería el modelo en el que se inspiraría Vignola para realizar su iglesia del Gesú en Roma, iglesia prototípica de la orden jesuita y que tantas veces fue repetida.



Pero si importante es su interior su exterior y especialmente su fachada no se queda atrás. Alberti ideó la fachada de San Andrés con gran unidad y armonía. La zona central se articula como un gran arco de triunfo que sigue los modelos de la Roma imperial. Este arco -realizado en ladrillo y recubierto con materiales nobles- actúa como pórtico o nártex de la construcción, su intradós está casetonado y es flanqueado pilastras de orden corintio. El magnífico arco es flanqueado por pilastras, que de nuevo se realizan en orden corintio, y entre éstas se abren vanos superpuestos: el de abajo adintelado y los dos superiores en forma de arco de medio punto. La fachada aparece rematada con un frontón de tipo triangular un tras éste un elemento con función desconocida que imita al paño de una bóveda.


     


La gran innovación de Alberti en la construcción exterior del templo ha sido crear un espacio armonioso y proporcionado sirviéndose de elementos de la antigüedad pagana, el arco, reinventando su función y ubicación.

Otras obras de este gran genio son: el Palazzo Rucellai y Santa María Novella.

Para saber más de León Battista Alberti.




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