Nos
encontramos ante una obra escultórica renacentista, para ser más
exactos, estamos frente al Tabernáculo de la Anunciación, esculpido
por Donatello entre los años 1435 y 1440. Su material de
construcción es la piedra caliza; y sus dimensiones son 420 cm de
altura por 248 cm de anchura. Se encuentra situado en la Iglesia de
Santa Croce, en Florencia.
Es
un magnífico ejemplo de lo que se ha venido en llamar escultura
pictórica, ya que Donatello incorporó el color a los volúmenes
escultóricos. Algo que fue habitual durante el Renacimiento
en
materiales como la madera y especialmente con la cerámica vidriada,
un tipo de trabajos en los que se especializó un escultura
contemporáneo a Donatello: Luca della Robbia.
Pero
Donatello en este caso realizó su escultura en piedra y en terracota
cocida, y posteriormente le aplicó el color. De hecho, se podría
hablar de que más de una escultura es un altorrelieve realizado en
piedra, concretamente pietra
serena,
a la que se le han aplicado elemento en terracota, así como todo el
conjunto se ha iluminado con la inclusión de reflejos dorados.
Este
tabernáculo no se puede considerar como la típica hornacina de
estilo
gótico,
sino que se trataría de una pieza de aires clásicos, algo que se
manifiesta en elementos como las pilastras que aquí no son
acanaladas sino escamadas. De hecho, todos los elementos que componen
la obra están vinculados al mundo
clásico,
pero unidos con una enorme fantasía por parte de su autor.
Al
mismo tiempo tiene muy en cuenta la tradición de la escultura
religiosa italiana, y por ello está muy presente la habitual
contraposición del juego de líneas que aparecen en muchas
representaciones de la Anunciación,
aquí remarcada por el juego de gestos entre los personajes. El
resultado es una obra que transmite con enorme dramatismo el momento
en el que el arcángel San Gabriel le comunica a la Virgen María que
va a concebir al hijo de Dios.
La
Anunciación, está insertada dentro de un tabernáculo
renacentista, compuesto por un basamento, con el apoyo de dos
ménsulas que muestran los escudos de los Cavalcanti, familia
emparentada con los Médici y que fue la que le encargó la obra a
Donatello. La rica ornamentación de toques dorados acentúa las
líneas pero, no influye de ninguna manera en la calma y la
concentración del encuentro sacro.
Los
dos protagonistas la Virgen y el Ángel, están realizados en alto
relieve y representados en el momento de la aparición angélica. La
Virgen escucha con sorpresa moderada y con una reacción controlada.
Su figura está modelada según el ideal anatómico de los antiguos,
pero supera el arte antiguo en la expresión de una emoción más
profunda. El ángel, arrodillado ante ella, la mira con timidez y con
dulzura, estableciendo un estrecho diálogo visual que hace la escena
extremadamente ligera y viva.
No
se muestra ninguna alusión al jardín cerrado (hortus conclusus)
símbolo de la virginidad de María, y tampoco el ángel lleva el
tradicional lirio (símbolo de la pureza).
Y
como fondo de la escena todo lo hace muy decorativo, ampliando de
este modo la relación entre las figuras y el ornamento. Además,
otro elemento decorativo del tabernáculo que inmediatamente remite
al mundo clásico son los putti o angelotes que aparecen en la parte
superior del frontón curvo y con volutas que corona la escena.
En
conjunto, al observar detenidamente el Tabernáculo
de la Anunciación de Donatello
se llega a la conclusión, de que como ocurre con
casi toda la producción escultórica de este artista florentino, se
trata de una obra de delicadísima hechura.
Esta
obra, Donatello la realizó en colaboración con el arquitecto
Michelozzo Michelozzi, uno de los más importantes representantes de
la arquitectura palaciega del Quattrocento
italiano
en general y florentino en particular.
Otras
obras relevantes de nuestro autor son: San Jorge , el Sepulcro del
cardenal Rainaldo Brancacci, el Púlpito del cinturón de la Virgen,
el "Gattamelata", Magdalena Penitente y el David.
Para saber más de Donatello
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