Es
considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo. Se ha
descrito como «ocupante de una posición única en el mundo cristiano», y como «la
más grande de todas las iglesias de la cristiandad». Es una de las cuatro
basílicas mayores y una de las iglesias que se deben de visitar en el
peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria
en Año Santo.
En la
tradición católica, la basílica se encuentra situada sobre el lugar de entierro
de san Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer
obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los
pontífices. La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen
que la sepultura del Santo está directamente debajo del altar mayor de la
basílica. También la mayoría de los papas han sido enterrados en San Pedro
desde la época paleocristiana.
En el
sitio de la basílica han existido iglesias desde el siglo IV. La construcción
del actual edificio, sobre la antigua Basílica constantiniana, comenzó en 1506, por orden del papa Julio II, y finalizó en
1626. En ella trabajaron algunos de los arquitectos más renombrados de la
historia, como Donato Bramante, Miguel Ángel o Bernini.
Proyecto de Bramante:
La
construcción del edificio actual se inició el 18 de abril de 1506. El proyecto
fue encargado al arquitecto Donato d'Angelo Bramante, llegado poco antes desde
Milán, y que se había ganado la confianza del papa por encima del anterior
arquitecto, Giuliano da Sangallo.
El proyecto consistía en un edificio con planta de cruz griega
inscrita en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas, la central de mayor
tamaño y apoyada en cuatro grandes pilares, inspirándose en la Basílica de San
Marcos, y un claro ejemplo de planta centralizada típica del Renacimiento. La
cúpula central, inspirada en la del Panteón de Agripa, se situaba sobre el
crucero, y las restantes en los ángulos. Esta idea quedó plasmada en una
medalla acuñada por Caradosso para conmemorar la colocación de la primera
piedra del templo el 18 de abril de 1506. En la construcción de la iglesia
también resultó importante la aplicación de los estudios teóricos de Francesco
di Giorgio, Filarete y, sobre todo, de Leonardo da Vinci, para iglesias de
planta centralizada, cuyos resultados están claramente inspirados en la planta
octogonal de la Catedral de Florencia.
Los trabajos
se iniciaron con la demolición de la basílica paleocristiana, lo que fue muy
criticado dentro y fuera de la Iglesia por personalidades como Erasmo de
Rotterdam o Miguel Ángel, que criticó la destrucción de las columnas de la
antigua basílica.
Bramante fue apodado «maestro ruinoso», y Andrea Garner se
burló de él en la sátira Scimmia («Mono»), publicada en Milán en 1517, donde
presenta al arquitecto fallecido ante san Pedro, que le recrimina la demolición
cuando le propone la reconstrucción del cielo. A estos escándalos hubo que
sumarle el de la venta de indulgencias para la construcción de la Basílica, lo
que tuvo un papel importante en el nacimiento de la Reforma Protestante de
Martín Lutero, que vio los trabajos en su viaje a Roma a finales de 1510, y en
base al que escribiría Las 95 tesis. Con todo esto, Bramante no pudo ver
avanzar demasiado la obra, pues murió en 1514, cuando sólo se habían edificado
poco más que los cuatro grandes pilares que debían sostener la gran cúpula
central.
Proyecto de Rafael y Sangallo:
Desde
1514 se hizo cargo de la dirección de la obra Rafael Sanzio, con fray Giovanni
Giocondo y Antonio da Sangallo el Joven, que continuó dirigiendo las obras,
junto a Baldassarre Peruzzi, tras la muerte de Rafael en 1520. Todos ellos
cambiaron el plan de Bramante, optando por diseños que se inspiraban en la
tradicional planta basilical de cruz latina con un cuerpo longitudinal de tres
naves. Sangallo presentó en 1546 un costoso modelo de madera, en la
actualidad almacenado en la basílica, en el que sintetizaba todas las ideas
surgidas con anterioridad. Defendió la planta centralizada ideada por Peruzzi,
cubierta por una enorme cúpula mayor que la planeada por Bramante, y rematada
con un gigantesco doble tambor; el conjunto quedaba flanqueando con dos altos
campanarios.
Proyecto de Rafael |
Diseño de Sangallo |
Proyecto de Miguel Ángel:
Tras la
muerte de Sangallo en 1546, el papa Paulo III encomendó la dirección de las
obras a Miguel Ángel Buonarroti, quien retomó la idea de Bramante de planta en
cruz griega. El diseño original de Bramante presentaba problemas estructurales
que debieron ser corregidos. Bajo la dirección de Miguel Ángel se alzaron los
muros del ábside, de una imponente monumentalidad. No obstante, la más
importante aportación del gran genio fue la gran cúpula que se encuentra justo
sobre el altar mayor y el sitio donde la tradición indica que se localiza la
tumba del apóstol San Pedro. Es una estructura que, a pesar de su peso, parece
flotar en el aire.18 Veinticuatro años después de la muerte de Miguel Ángel,
fue concluida la cúpula según el diseño definitivo de Domenico Fontana y
Giacomo della Porta, que apenas variaron los planes del maestro. Los mosaicos
del interior de la misma son de Giuseppe Cesari, y representan las distintas
jerarquías de santos en la gloria celestial, estando representado Dios Padre en
la linterna central.
Proyecto de Miguel Ángel |
Vista exterior |
Vista interior |
Cúpula - vista exterior |
Proyecto de Carlo Maderno:
El
principal objetivo de Carlo Maderno en la basílica de San Pedro del Vaticano
fue transformar el proyecto de Miguel Ángel de planta de cruz griega
centralizada en una planta de cruz latina, longitudinal. La solución de Maderno
debía ser un compromiso que no alterara el concepto fundamental planteado por
Miguel Ángel, la cúpula, como elemento dominante y organizador del espacio, así
al levantar la monumental fachada, esta se desarrolla en la medida de lo
posible longitudinalmente y no en altura, pese a su gran monumentalidad.
La cúpula
de Miguel Ángel, en cualquier caso queda desplazada hacia el fondo, debido a
los nuevos volúmenes introducidos. Sin embargo, está reconocido el mérito de
Maderno al haber obrado con un gran respeto por la obra de Miguel Ángel, y
haber articulado el edificio, con todos los condicionantes que se le
planteaban, teniendo muy en cuenta el espacio que lo precedía y preparando la
gran solución urbanística dada por Bernini para la plaza.
Finalmente, aquí os dejo un entretenido vídeo que nos muestra de forma clara el proceso de construcción de la basílica de San Pedro del Vaticano:
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