Realizado en bronce pulido, Donatello opta por
representar el pasaje bíblico del enfrentamiento entre el joven David y
el gigante soldado filisteo Goliat justo en el momento posterior a dicho
enfrentamiento, cuando éste se ha saldado con la victoria en favor del
joven. Éste aparece representado totalmente desnudo, a excepción de un
sombrero toscano coronado con hojas de laurel y unas botas altas,
portando con la mano derecha la espada con la que acaba de degollar a
Goliat, cuya cabeza pisa con la pierna izquierda. Donatello
vuelve la mirada a la escultura clásica griega y el profeta bíblico
aparece representado como si de un dios olímpico se tratara. El cuerpo
de David aparece representado como el de un joven adolescente de
anatomía blanda apenas desarrollada y adopta la postura clásicica del
contrapposto apoyando el peso del cuerpo sobre la pierna derecha, cuya
cadera sobresale recreando la curva praxiteliana. El rostro imberbe del
joven David expresa serenidad y contrasta con el del vencido Goliat cuyo
rostro barbudo de facciones marcadas y maduras contrastan con las de su
oponente. Cabe destacar el rico relieve que decora el yelmo del
gigante.
El David de Donatello, supuso la vuelta al desnudo
como tema tras casi mil años de ausencia de éste de la historia del arte
occidental. El tema bíblico del enfrentamiento del profeta David con
Goliat se convierte en una simple excusa para representar el desnudo
como hicieran los escultores clásicos. Así David aparece como si de
Apolo se tratara y la influencia de Praxiteles es clara tanto en la pose
de la escultura como en el modelado del cuerpo, de ambigua sexualidad. Hay
quien ha visto en el encargo de este tema por parte de los Médicis a
Donatello una alusión al enfrentamiento entre la ciudad de Florencia,
representada por el joven David tocado con el petaso o sombrero
característico de los campesinos florentinos, y el ducado de Milán,
representado por la cabeza decapitada de Goliat. Más allá de la
explicación política del tema representado, el tema de David, de gran
proliferación en el Renacimiento y, con posterioridad, en el Barroco,
simbolizaba el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. Sin
embargo, algunos críticos han cuestionado la identificación del tema con
David y consideran que se trata del dios pagano Mercurio con la cabeza
del gigante Argos.
Con la escultura del David, Donatello volvió a fijar su mirada en la
escultura clásica griega retomando el tema del desnudo. Donatello rompía
casi mil años de tradición artística y la escultura volvió a recuperar
su lugar con independencia del marco arquitectónico al que había estado
supeditado durante la Edad Media. Este tema será tratado por escultores
renacentistas como Verrochio o Miguel Ángel, así como por escultores
posteriores como el escultor barroco Bernini.
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