La Virgen del jilguero
Se nos presenta a la virgen como
una mujer de su época, joven, llena de
amor, de ternura hacia su hijo y San
Juan Bautista que desnudo juegan con un jilguero,
mientras que ella sostiene un libro
abierto. La anatomía es todavía esa
redondez blanda, pero que denota un
gran conocimiento de la anatomía
humana. Los colores son claros,
suaves, transparentes, con dominio de
lo cálido. Toda la composición se llena
de un notable equilibrio y serenidad. La Virgen sostiene un libro, lo que permite identificarla como
Sedes Sapientiae («Asiento de la Sabiduría»). El jilguero es un símbolo de la futura muerte violenta
de Cristo. San Juan ofrece el jilguero a Cristo como advertencia en relación con su futuro.
En su etapa florentina, Rafael se fija en el estilo de los dos grandes maestros, Leonardo da Vinci
y Miguel Ángel, tomando del primero la técnica del sfumato y del segundo sus poderosos modelados,
la disposición en profundidad y el enlace de los cuerpos entre sí. De sus obras de esta etapa se deduce
ya el potencial que ofrece como artista, destacando sobre todo por pintar una serie de “Madonnas”,
realizadas al óleo sobre tabla. En estas “Vírgenes con Niño” se funde en un perfecto equilibrio el
sentido renacentista de la belleza con el idealismo neoplatónico y la devoción cristiana. En ellas
Rafael se muestra como un perfecto ejemplo del equilibrio clasicista del siglo XVI, con gran sentido
de la medida, la simetría y la claridad compositiva, la plasmación de la belleza ideal, las luces
diáfanas y el encanto en el uso del color.
La Virgen del jilguero (en italiano Madonna del cardellino) es una pintura del artista
renacentista italiano Rafael Sanzio, datada hacia 1505. Es una pintura al óleo sobre tabla con unas
dimensiones de 107 centímetros de alto y 77 cm. de ancho. Se conserva en la Galería Uffizi de
Florencia, Italia.
Es una Virgen con Niño y san Juanito ejecutada durante la estancia de Rafael en Florencia. La
Virgen fue un regalo de bodas de Rafael a su amigo Lorenzo Nasi. El 17 de noviembre de 1548 la
casa de Nasi quedó destruida por un terremoto, y la pintura se partió en diecisiete fragmentos.
Escribe en el año 1568 Giorgio Vasari: «Encontraron las piezas entre el mortero de las ruinas, fueron
donde Battista, hijo de Lorenzo, muy amante del arte, para que la rehiciera de la mejor manera que
pudiese». Fue restaurada poco después, pero el daño aún resulta visible.
Los análisis con rayos X permitieron ver las fracturas entre las piezas, rellenas por nueva
pintura. La esquina inferior izquierda fue completamente rehecho, así como un rectángulo
correspondiente a la pierna de Jesús. Entre el año 2000 y el 2002 se han hecho investigaciones para
una nueva restauración, terminada en 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario