sábado, 22 de noviembre de 2014

Apoxyómeno, de Lisipo

Nos encontramos ante una obra escultórica, concretamente el Apoxyómeno de Lisipo hecho en el 325 a.C.


Nos encontramos ante una obra en marmol, que representa a un atleta desnudo. Por lo tanto, Lisipo continúa con la tradición clásica griega, aunque el momento elegido denota un cambio signifcativo, pues que Liisipo no se decanta por mostrar al atleta en un momento de triunfo o de su accion como atleta, sino que opta por mostrarlo en otra acción más vulgar y carente de todo herotismo. Vemos que la figura tiene la pierna izquierda un poco doblada, al contrario que la pierna derecha que está totalmente recta. También se observa que tiene como un trozo de madera clavado en su pierna derecha. Contie muy remarcado todo lo que es la barriga y los oblicuos. Los brazos están en posición como de lucha. El bronce era el material para la mayorias de las obras, pero el Apoxyómeno es una escultura copiada en mármol. Otro tema importante era la policromía. Todas las esculturas de mármol estaban brillantemente pintadas, empleándose postizos en los bronces, rodetes de cuero para los pezones.
Fijaron como módulo la cabeza, y a diferencia de los egipcios, variaron el canon de belleza ideal, durante el siglo V la proporción armónica fue de siete cabezas; mientras que en el siglo IV se elevó a ocho.

Concibieron el desnudo perfecto, rigido por la movilidad de las articulaciones, este principio de la diartrósis les hizo acentuar la división entre el tronco y las extremidades, y dentro del torso, marcaron más los pectorales, la cintura y el pliegue inginal. Finalmente rompieron la ley de frontalidad al adoptar la postura de contraposto, donde una actúa de sostén y la otra, se flexiona.
Lisipo, revisa el canón de belleza, conviertiendo la cabeza en una octava parte de la altura total del cuerpo humano. Fue el escultor predilecto de Alejandro Magno.
Praxíteles y Escopas fueron los otros dos grandes escultores del siglo IV.

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