lunes, 16 de febrero de 2015

Catedral de León


Presenta una planta en cruz latina (aunque con los brazos poco destacados, especialmente en la zona de la cabecera) de espacio longitudinal y diáfano.
Tras unas escalinata encontramos, a los pies, dos torres que flanquean la fachada, tras la cual arrancan tres naves, siendo la central más ancha que las laterales.En la central, y anterior al crucero, se marca la presencia de un coro rectangular, desarrollándose posteriormente la gran cabecera a través de una girola con corona de capillas. (Según Lambert, toda la planta sería una copia reducida de Reims y estaría íntimamente ligada con la obra del maestro Enrique, constructor de la catedral de Burgos).El alzado utiliza la piedra en sillares como material.
Al interior los elementos sustentantes son fuertes pilares circulares con baquetones adosados, mientras que al exterior aparecen arbotantes dobles que descansan sobre contrafuertes escalonados y coronados por pináculos.
Esta división del peso permite abrir numerosos vanos en el muro (muro cortina o predominio del vano sobre el muro), realizados por medio de arcos apuntados abiertos (inscritos en un triángulo equilátero).
Encontramos, también en el interior, una estructura tripartita(arquerías de separación de naves, triforio y amplio clevistorio) que se traslada al la fachada, convirtiéndose la tercera altura en un gran rosetón cobijado por un arco apuntado y rematado por un gablete calado y flanqueado por pináculos.
De nuevo según Lambert, ahora la influencia será Amiens.

Dicha fachada, enmarcada por torres (fachada normanda) cuenta con dos agujas desiguales.
La cubierta de todo el edificio se realiza a través de bóvedas de crucería, siendo barlongas las de las naves y crucero y radiales las de los ábsides y altar.
La decoración es escasa, pues predomina lo estructural sobre lo decorativo, limitándose a pináculos, capiteles (corridos y de temática vegetal) y amplias vidrieras en triforio y clevistorio que se adaptan a una tracería de arcosy tetrafolios inscritos en círculos.

Tanto la planta como ciertos elementos del alzado (arcos apuntados, baquetones) y cubierta (bóvedas de crucería) nos permiten encuadrar la obra en el estilo gótico. Nos encontramos en su fase clásica (siglo XIII), visible en el uso de barlongas, tetrafolios, alzado tripartito, pilares circulares, arcos apuntados más abiertos...).
Durante este periodo el estilo llega a su máxima expresión, consiguiendo los medios técnicos que le permiten convertir el templo en un edificio luminoso a la manera de una nueva Jerusalén Celeste. Esta idea conecta con larenovación que está realizando la religión para adaptarse a las nuevas realidades urbanas y burguesas que había propiciado el renacimiento del comercio en la Baja Edad Media, buscando una transmisión diferente a la típica del Románico, basada en el miedo y el control ideológico. (Esta reconversión, que comienza con la reforma cisterciense, llegará a culminarse con las órdenes mendicantes, ya plenamente urbanas y con funciones asistenciales para esta nueva burguesía como los hospitales, escuelas, universidades...)

Por ello se busca la luz como símbolo de lo divino, creando un lugar abierto, amplio y muy iluminado que haga presentir al fiel la presencia de lo celestial, empujándole a abrazar la religión ya no por el miedo al castigo sino invadido ya por lo divino (De la misma manera actuarán las artes plásticas, volviendo a la idea de belleza e intentando acercarse al espectador a través de los sentimientos de unas figuras más realistas y relacionadas entre sí, con nuevas iconografías como las Vírgenes Blancas o el Cristo como Varón de Dolores).
Para conseguir estas nuevas ideas los arquitectos necesitaron renovar el sistema de sujeción románico, separando los contrafuertes del muro y conectándolos con arbotantes, adelgazando los soportes, sometiéndolos a las nuevas bóvedas de crucería más ligeras y con unos empujes más concentrados que son más fáciles de recoger. Así, el muro pierde función sustentante pudiéndose convertir en un muro cortina de numerosos vanos en donde se colocan vidrieras que colorearán la luz, convirtiendo el espacio en una experiencia fuera de lo habitual y, por ello, más cercana a lo divino. (Aún así todavía se utilizarán elementos anteriores como la forma de planta o la girola, desde el románico de peregrinación).

Posteriormente, el estilo derivará en una mayor decoración que llegará a su cénit en el XV con el llamado Gótico flamígero (San Juan de Reyes en Toledo), con una interesante variante en la Corona de Aragón durante el siglo XIV llamada Gótico Mediterráneo (Santa María del Mar, catedrales de Barcelona, Gerona o Palma), mucho menos luminosos y vertical que el de origen francés, como este ejemplo que estudiamos, y caracterizado por una menor cantidad de vanos alancetados, división bipartita...

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