Nos encontramos ante una obra arquitectónica
de Arte Románico. Es un monasterio, concretamente el de Santo Domingo de Silos
construido entre 1088 y 1100 en Burgos.
Arquitectónicamente, el claustro de Silos
tiene dos niveles superpuestos: el claustro inferior y el claustro superior. El
claustro de abajo es de dos épocas: las galerías Oriente y Norte son de la
segunda mitad del siglo XI; en cambio, las galerías Poniente y Sur son del
siglo XII. El plano solar forma un rectángulo, con 16 arcos en las galerías
Norte y Sur y 14 en las galerías de Oriente y Poniente. El claustro superior se
construyó a finales del siglo XII.
El claustro románico de Silos, es y ha sido
siempre el centro de la vida de la comunidad monástica. Hacia él convergen y de
él parten los otros edificios del monasterio y todas las actividades del monje:
al Norte la iglesia, donde se ora en común o en privado; al Este se encontraba
en la Edad Media
la sala capitular, que servía para las reuniones de la comunidad, y el
scriptorium, donde se copiaban con paciencia y arte los manuscritos silenses;
al Sur se hallaban la cocina y el comedor, en el primer nivel, y el dormitorio
en el segundo; al Oeste estaba la hospedería, también de dos pisos. El claustro
es el lugar a propósito para la contemplación "física", para pasear y
para descansar. Por eso, el claustro, además de centro convergente por su ubicación
en el monasterio, tenía que ser bello, adornado con las manos mágicas del
artista, del arquitecto, del escultor y del jardinero.
Completa la visita del claustro el jardín, con su famoso
ciprés (aunque también conviene admirar la monumental secuoya de la entrada
principal). Plantado en 1882,
ha ido creciendo, tupido y esbelto, hasta alcanzar más
de 25m. de altura. Es la admiración de todos. Los poetas le han dedicado, con
frecuencia, sus mejores versos.
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