Nos encontramos ante una obra
escultórica de Arte Gótico. Estamos ante un retablo, concretamente ante el
retablo del Altar Mayor de la
Catedral de Sevilla, diseñado por Pyeter Dancart, en madera
policromada y cubierto de pan de oro, entre 1481 y 1564.
Los relieves del banco del retablo
son los antiguos del mismo y representan tres escenas de martirios de santos;
aparecen también en este banco una vista de Sevilla con las Santas
Justa y Rufina, y otra de la propia Catedral con San Isidoro
y San Leandro. En su centro figura una magnifica escultura gótica
de la Virgen de la
Sede , realizada en madera y revestida de plata,
que puede considerarse como obra de la segunda mitad del siglo XIII. En el
primer cuerpo del retablo figuran de derecha a izquierda, El abrazo
de San Joaquin y Santa Ana, El Nacimiento de la Virgen , La Anunciación , El
Nacimiento de Cristo, La matanza de los inocentes, La Circuncisión y La Adoración a los Reyes.
En el segundo cuerpo se incluyen La Presentación
del Niño en el Templo, El Bautismo de Cristo, La Resurrección de
Lázaro, La Asunción
de la Virgen ,
La entrada de Cristo en Jerusalén, La Sagrada Cena y La Oración en el Huerto. En
el tercer cuerpo, El Prendimiento de Cristo, La Flagelación , La Coronación de Espinas, La Resurrección , Ecce
Homo, Camino del Calvario y El Expolio. En el cuarto cuerpo, El
Entierro de Cristo, Las Marías en el Sepulcro, La Magdalena a los pies de
Cristo Resucitado, La
Ascensión , Bajada de Cristo al Limbo, La Cena de Emaus y La Venida del Espíritu Santo.
En los laterales del retablo y de
abajo arriba se encuentran a la izquierda las representaciones de La Creación
de Eva, donde falta la figura de esta ultima, sustraída del
retablo, La Huida
a Egipto, Cristo entre los Doctores, La Transfiguración y La Magdalena ungiendo los
pies a Cristo. A la derecha figuran El Pecado original,
El Juicio Final, La
Multiplicación de los panes y de los peces, La Expulsión de los
mercaderes del templo y La
Conversión de San Pablo.
El retablo posee un conjunto de
cuarenta y cuatro relieves y más de doscientas figuras de santos que se
disponen en las pilastras que articulan el retablo. Sobre el amplio y volado
dosel, configurado por casetones octogonales, se dispone una viga en cuyo
centro figura una piedad flanqueada por un apostolado, obra de Jorge Fernández;
corona todo el conjunto un monumental Calvario gótico del siglo
XIV, que la Catedral
había conservado y que el cabildo decidió que rematase todo el retablo. El
crucifijo que preside el Calvario recibe tradicionalmente el nombre de Cristo
del Millón, sin que se sepa justificadamente a que se debe este
apelativo.
El origen del retablo se encuentra en las tablas que se colocaban sobre
el altar en el mundo románico. Pronto comenzaron a añadirse tablas
hasta formar el gran
retablo fijo de las catedrales góticas, tanto de pintura como escultura
o una mezcla de ambas. Su cuerpo inferior se denomina predela. Sobre ella se organizan
las tablas en horizontal o cuerpos y en vertical o calles. Éstas últimas se dividen por otras más estrechas llamadas entrecalles. La
calle central es más ancha y se remata en la parte superior por una espiga o gablete. Todo el retablo se corona por el guardapolvo, habitualmente decorado. El retablo está lleno de formas tomadas de la arquitectura (arcos, pináculos, florones,
pilares...) muy a menudo decorados con pan de oro. Con el tiempo los retablos se volverán cada vez más recargados, y en el gótico
flamígero perderán estas
partes hasta convertirse en verdaderas "máquinas" de pintura y
escultura. Utilizados de forma
particular en domicilios y oratorios privados, existían otros modelos de retablos
formados por dos (dípticos) o tres (trípticos) tablas
unidas por goznes que
permitían abrirlos y cerrarlos.
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